MUÑECA KIKA: APRENDE A CUSTOMIZAR PESTAÑAS.

Me consta que en el mundo del coleccionismo de muñecas las customizaciones no gustan mucho, es razonable. Lo original se cotiza a precios, a menudo desorbitados, como para hacerle cambios. Incluso las pequeñas modificaciones como perforar las orejas con pendientes, hace que baje el precio de la muñeca. Lo sé porque en mi colección tengo alguna joyita y las he conseguido (pese a mi limitado presupuesto económico) porque estaban deterioradas, o habían sufrido alguna modificación. A mi no me importa. no entro en los cánones de ese perfil de coleccionista, las compro para mi disfrute y cambiarlas me hace disfrutar como cuando era niña. Aunque no recomiendo a nadie que improvise con sus muñecas como hago yo cambiándolas. 

SHUI ha sido mi segunda Kika. En la actualidad tengo cuatro y todas pasarán tarde o temprano por ser customizadas, porque las he comprado con ese fin. Los ojos de este modelo de Kikas me gustan más que otras que he visto por webs de ventas de segunda mano. Me recuerdan más a las originales Pepas del molde de Nancy. Los iris tratan de parecerse a aquellos primeros iris de Nancy que imitaban a los iris humanos. Y lo cierto es que si en estas Kikas te esfuerzas y les centras los ojos oculares ganan mucho, pues a veces de fabrica los traen algo torcidos. A mi Kika oriental tuve que subirle ambos un poquito. Eso se hace con mucho cuidado metiendo un destornillador de pala fina por el hueco del ojo y empujándolo en la dirección deseada sobre la parte de metal. 

Una vez enderezados decidí customizar las pestañas para dar un toque más rasgado a la mirada. Ya que una de las pocas cosas que no me gustan de estas muñecas es lo cuadriculada y robusta que se ven las pestañas. En mi opinión le suelen dar una rigidez a los ojos que contrarresta el resto de dulzura que tienen en su carita. Así que opté por cortarlas en diagonal con el lado más cortito desde el lagrimal alargándolas más por el rabillo de los ojos. 

Para ello hay que disponer de pulso y una tijeras de corte preciso. Mejor es cortar poquito a poco, para no dar un tajo irreversible. Y mirar desde todos los ángulos para no pasarse y para eliminar posibles descuadres, o alguna pestaña que quede desigual.  

Claro que esto es como todo en la vida... cuestión de gustos y de prioridades. Los resultados deben ir acordes a satisfacer nuestras necesidades más allá de a seguir los cánones. ¿Y a ti qué te parece? En las ultimas dos fotografías puedes ver los resultados. A mi me resulta más tierna y menos artificial... aunque no deje de ser una muñeca de vinilo. 

En una segunda customización, Shui quedó así como en esta imagen de abajo.  Cuando customizé sus pestañas este era el resultado final que tenía en mente.